ACTIVIDAD FÍSICA
Hacia un Estilo de Vida saludable
La actividad física, incluye cualquier movimiento corporal que demande energía. Es beneficiosa para prevenir y controlar enfermedades no transmisibles, mejorar la salud mental y mantener un peso saludable. Se recomienda para todas las edades, destacándose diferentes niveles de actividad para grupos específicos desde lactantes hasta adultos mayores, incluyendo mujeres embarazadas y personas con discapacidades o enfermedades crónicas. Realizar actividad física regularmente ayuda a mejorar la calidad de vida y reduce el riesgo de mortalidad. A nivel mundial, existe un alto nivel de inactividad física, lo que contribuye a una cantidad significativa de problemas de salud. Para combatir esto, se anima a las poblaciones a adoptar políticas y medidas que promuevan estilos de vida más activos en todos los niveles de la sociedad.
La actividad física eleva la frecuencia cardíaca y la mantiene elevada durante un tiempo. Esto aumenta la cantidad de oxígeno que es enviada al corazón y a los músculos. Con el tiempo, este tipo de actividad es beneficiosa para el corazón, los músculos, el estado de ánimo y la autoestima, y aumenta la cantidad de energía que usted tiene. Puede reducir la presión arterial, el colesterol, el azúcar en la sangre, la grasa corporal, la ansiedad y la depresión, así como la fatiga.
La actividad física se clasifica en tres tipos principales:
Cardiovascular: Incluyen actividades de alta y baja intensidad como correr y caminar, respectivamente, son cruciales para combatir los efectos negativos de un estilo de vida sedentaria y para quemar calorías al usar las reservas de grasa del cuerpo. Practicar 30 minutos de cardio 2 o 3 veces por semana ofrece beneficios significativos como mantenimiento del peso, fortalecimiento del corazón, reducción de riesgos de enfermedades cardiovasculares, mejora de la salud mental y del sueño, así como incremento de la capacidad pulmonar. Sin embargo, para un entrenamiento equilibrado, es esencial combinar cardio con ejercicios de fuerza y flexibilidad para fortalecer músculos, proteger articulaciones y garantizar movilidad. En Runner, se enfatiza la importancia de integrar resistencia, ya que juntos mejora la pérdida de grasa, tono muscular, densidad ósea, coordinación, y equilibrio, brindando más vitalidad y confianza. Un plan de entrenamiento ideal incluye fuerza al inicio, cardio al final, y estiramientos específicos para optimizar los beneficios, todos estos diseñados de manera personalizada por profesionales.
- De Fuerza: Es la capacidad de los músculos para generar tensión al enfrentarse a una resistencia, acción que está estrechamente ligada a la coordinación del sistema nervioso central y a los sistemas energéticos del cuerpo. El entrenamiento de fuerza, que incluye ejercicios como sentadillas o abdominales, no solo permite tonificar y desarrollar la masa muscular, sino que además juega un papel importante en actividades cotidianas como mover o cargar objetos. Además, estudios recientes han demostrado que los ejercicios de fuerza pueden contribuir a una pérdida de peso saludable.
- De estiramientos: Son ejercicios suaves y seguidos que preparan a los músculos para un mayor esfuerzo, aumentan el rango de movimiento en las articulaciones. Son útiles tanto antes como después de la actividad física, ayudando a aliviar tensión y a prevenir lesiones. En el runner, ayudan a obtener un óptimo rango de movimiento. Los beneficios incluyen mayor flexibilidad muscular, reducción en la acumulación de ácido láctico, menor probabilidad de lesiones, prevención de endurecimiento muscular post-ejercicio y mejor coordinación muscular.
La práctica regular de actividad física aporta numerosos beneficios, incluyendo bienestar físico y emocional, mejora en el manejo del estrés, potenciación de la autoimagen, prevención del insomnio, y ayuda en la liberación de tensiones.
Estos son algunos de los beneficios de realizar actividad física:
- Mayor eficiencia en las contracciones del corazón: cada contracción impulsa más sangre, mejorando la oxigenación de los tejidos.
- Disminuye la formación de trombos ya que mejora la velocidad de circulación de la sangre.
- Aumenta la resistencia a las enfermedades infecciosas y mejora la cicatrización de las heridas, ya que se fortalece el sistema inmune.
- Favorece la vasodilatación capilar, asegurando un óptimo flujo de nutrientes a los tejidos y una adecuada eliminación de desechos tisulares.
- Favorece la «quema» de la grasa.
- Permite una mayor movilidad de articulaciones, músculos y tendones, disminuyendo la posibilidad de lesiones en los movimientos de la vida diaria.
- Mejora la coordinación, haciendo que los movimientos sean más seguros y rápidos.
- Promueve fijación de calcio en el hueso lo que previene la osteoporosis.
- Libera endorfinas, que producen una sensación de bienestar, lo que lleva a la disminución del consumo de alcohol, drogas y tabaco.
- Disminuye la ansiedad y el estrés.
- Favorece un adecuado funcionamiento intestinal.
Estas y muchas otras razones, son suficientes para decirle adiós a una vida sedentaria y comenzar a realizar actividad física. Tu cuerpo y mente te lo agradecerán.